lunes, 3 de mayo de 2010

Adicto a la vida ...


Voy a invitaros a compartir la gran experiencia que ha sido este fin de semana.

El fin de semana empezaba el jueves. Este día estaba centrado en la preparación del viaje así que me puse manos a la obra con la lista del material necesario y pasé a recojer la bicicleta que había dejado haciendo la puesta a punto. El maletero estaba ya casi preparado. Caja de herramientas, ropa, esterillas, tumbona, saco de dormir...

El viernes empezaba como casi todos, deseando que diesen las 14:30 para salir de la oficina. Esta vez lo deseaba tanto como siempre pero con cierto temor y respeto a lo que me deparaba el fin de semana.

Tenía miedo de pasarlo mal en verdad. Iba sólo. A un pueblo que no sabía donde estaba, iba a necesitar el gps. A cuatro horas de mi casa. A participar en mi primera carrera de bicicleta de montaña. Con sus respectivos miedos, y si termino el último, y si la bici se me estropea, y si me caigo. Y si me siento mal estando solo...

Así el miedo y el respeto tambien formaron parte del equipaje y les hice un hueco en el maletero.

Llegué a Sariñena el viernes en torno a las 20:00. Aparqué medio bien el coche y fui a la plaza del ayuntamiento a recoger el dorsal. Allí estaba la primera persona "conocida": Jokin. Nos presentamos, me dio mi dorsal y me invitó a cenar con ellos. Ya me empezaba a sentir menos solo, con menos miedo. Iba a cenar acompañado dejando de lado mi taper de pasta en soledad en una esquina junto a la tienda de campaña. Acto seguido y tras preguntar por el lugar de acampada me acerqué con el coche al recinto ferial de Sariñena donde se encontraban varios chicos de la organización de XtremeSport: Jokin, otros dos chicos, el mecánico de Orbea y la hija de Jokin. Pero no tenían llaves del recinto ya que el que tenía llaves había ido al matadero a buscar la ternera que asarían el día siguiente. Era gracioso verles desplazandose de una esquina a otra del recinto subidos en la carretilla montacargas.

Al cabo de un rato apareció un chico con pinta de "moderno" y acento de Zaragoza centro,que era quien tenía las llaves y así abrieron el recinto y me medio indicaron donde pasar la noche. Allí empecé a descargar las cosas, desplegué la tienda de campaña, acomodé la bicicleta, la tumbona... Lo que se puede denominar como "marcar territorio" quedandome con el aspecto más triste que conllevaba. La soledad.

Al cabo de un rato mientras descargaba llegaron dos chicos y fuerond escargando sus cosas. Uno se me acercó (Rafa, más adelante lo supe) y me preguntó si era de la organización jeje Le dije que no y me contó que iban a venir tres amigos suyos más y que iban a hacer una barbacoa para cenar. Que cuando viniesen podriamos cerrar la puerta y de esa forma estariamos mas tranquilos y evitariamos que entrase gente con furgonetas y demás. Con toda la amabilidad del mundo me invitó a compartir con ellos su cena. Mi interior se alegraba en ese momento, tenía la sensación de necesitarlo de forma desesperada. Soy consciente de que he aprendido a disfrutar de la soledad pero no puedo evitar la tristeza que ello me produce.
Así fue que llegaron ya todos. Nos presentamos y comparteron conmigo uno de los momentos más agradables de todo el fin de semana. Allí estaba con cinco "desconocidos": Rafa, Eugenio, Alfredo, Joan (más conocido como Juan) y el cuñado de Juan (todos conformaban la agrupación Jarra y Pedal). Compartimos conversación en torno a una barbacoa con panceta, lomo, salchichas y una nevera cargada de cervezas. Yo temía que esta cena pasase factura el día siguiente pero era un momento que tenía que disfrutar plenamente. Allí estaba a cuatrocientos kilometros de casa, con cinco "nuevos amigos" que compartían una afición y que me iban a ayudar a deshacerme quizás por un rato de la soledad del fin de semana. Digo por un rato porque no sabía cual era su plan del fin de semana. Hasta que lo supe y me invitaron a compartirlo. Ya no iba a estar sólo.

A las doce de la noche después de una cena expléndida y una agradable sobremesa nos fuimos a dormir hasta que amaneciese el sábado. La noche estuvo marcada por los ronquidos de Joan a los pocos minutos de acostarnos; el ruido de la lluvia sobre el tejado del recinto ferial y el trueno que cayó en medio del pasillo. Ciertamente no cayó en medio del pasillo pero sonó como tal. Estoy seguro de que todos nos despertamos y asustamos en ese momento.

El día siguiente nos despertamos todos con respeto a la lluvia. Tal vez se fastidiaba el maratón, tal vez estaría todo embarrado y la dureza se multiplicaría... Dejamos esto de lado y nos fuimos a desayunar a un bar del pueblo. Compartimos mesa y café, alguno lo acompañó con donut. De ahí bajamos de nuevo al ferial y para conseguir un maillot conmemorativo teniamos que ir a cuatro tiendas del centro y que nos sellasen un papelito. A la vez conseguiriamos en cada establecimiento un regalo diferente. Así fue que lo hicimos y bajamos embalados de vuelta al ferial antes de que se acabasen los maillot. Lástima que en la bajada perdí mi papel en el que llevaba mis cinco sellitos. Les indicamos a las chicas de la organización que se me habia caido y muy amablemente me dieron el maillot gracias también a los chicos de "Jarra y Pedal" que les indicaron que había ido con ellos y evidentemente había conseguido los mismos sellos.

Ya se acercaban las 14:00. Hora de la salida. Tiempo antes los chicos de Jarra y Pedal volvieron al pueblo a tomar un zumo, desgutar un menu y demás rituales previos a la carrera. Yo en ese momento decidí comerme la pasta que llevaba para el día anterior así que me separe por un ratito de mis compañeros adoptivos y disfrute de lso macarrones que mi madre me preparó con todo el cariño del mundo. Al cabo de un rato me volví a juntar con ellos y fuimos a hacer tiempo al aparcamiento, sentados en nuestras sillas desplegables de Quechua, menos dos que eran de Axo, la de Rafa y la de Eugenio.

Llegó el momento de prepararnos así que nos cambiamos y fuimos a la salida. Nos pusimos en la cola, cerrando carrera. Más cómodo. De este modo evitariamos aglomeraciones y siendo el tiempo cronometrado con chip no habría ningun problema con los tiempos. Así empezaba la aventura. Ya estabamos adentrandonos en terreno irregular. Empezamos hablando hasta el kilometro cinco y ya empezamos a desperdigarnos y a dejar de hablar. Habiamos empezado a luchar contra el terreno. Concentrados en dar pedales, mantener la dirección, vigilar los movimientos de los demás... Que emoción y que respeto a la vez !!!

En el kilometro quince aproximadamente un charco enorme de barro detenia la marcha y tendriamos que pasar uno a uno por el lateral. Despues de esto empecé mi lucha contra mi mismo. 112 kilometros de recorrido por delante para completar. Los primeros veinticinco kilometros fui moviendome en el grupete donde estaban los chicos de Jarra y Pedal preguntandoles que tal y disfrutando de su compañía por momentos. Al cabo de un rato y a punto de hacer la primera subida em encontré con Rafa. Unas palabras y seguimos adelante. En todo momento a pesar de lo novedoso que era para mi todo me sentí muy fuerte. Adelantaba muchas posiciones en las subidas y era capaz de pegarme a gente que llevaba ritmos que se podían cosiderar altos. Así tomé la decisión de no parar en ninguno de los habituallamientos. Llevaba litro y medio de bebida isotónica y tres barritas energéticas. Así fui poco a poco echandome kilometros a la espalda. Hablando con algunso de los ciclistas que encontraba durante el camino. Viendo como unos marcaban ritmo alto, a otros se lo marcaba yo... un catalánq ue iba solo y habia viajado con su mujer y su hija, dos gallegos bastante desagradabels a los que dejé a la altura del betún después de un buen cambio de ritmo, dos catalanes con los que compartí cerca de casi cinco kilometros y que me marcaron un buen ritmo... Llevaba ya 75 kilometros cuando venía la subida grande por loq ue me habian contado los chicos de Jarra y Pedal y por lo que indicaba la altimetría del plano del recorrido. Era una gran subida pero la afronté como un titan, siendo consciente de la fortaleza que me acompañaba y dejando atrás a numerosos corredores que subian forzando al máximo. Eso me animaba mucho, estaba siendo feliz dentro del sufrimiento que ello conllevaba.
A falta de unos dieciocho kilometros me junté con un chico con el que comparti un par de kilometros. Me animó mucho, con el adelantamos a un grupo de diez ciclistas y así me lo hizo saber. Acto seguido nos adelantarón dos. Me hubiese gustado compartir más kiklometros con él pero me sentía fuerte y fui capaz de apretar hasta distanciarme considerablemente de él y del grupo perseguidor. Así adelante a otro número de ciclistas antes de cruzar la meta lanzando un sprint en lso últimos trescientos metros que me hiceron ganador de mi carrera contra el desierto.

Al terminar disfruté del fideua que nos dio la organización y fui esperando a que llegasen uno a uno los chicos de Jarra y Pedal, les debía mucho y me hacía ilusion verles llegar e ir dandoles agua, pasteles y lo que podia coger para que se alimentasen nada más llegar. Mientras esperaba tuve el placer de conocer a Ander, un gran chico, muy agradable. A la vez me presentó a un amigo suyo que portaba una cámara que hacía denotar su afición a la fotografía..

Al cabo de unas horas me despedí de los chicos de Jarra y Pedal, se iban de vuelta a Madrid y una aprte de mi se iba con ellos. Yo me quedaba a descansar, saludé a Carlos León que andaba por allí y al que reconocí tras haber visto alguna de sus fotos en facebook. Un fenómeno que hizo muy buen tiempo en la prueba y que la tomaba como entrenamiento para las 24 hroas de LeMans. Algun día Mikel, algún día. En ese momento apareció Ander de nuevo y compartimos una corta pero agradable conversación los tres. Poco despues me fui a dormir con las piernas en alto tras la indicaciones de mi médico personal. Tenía que descansar, aún necesitaba fuerzas apra correr el domingo en Colindres junto a David.

Así desperté el domingo en torno a las ocho de la mañana y tras recoger todo y llenar de nuevo el maletero me dirijí a desayunar a Zaragoza. No tenia el teléfono de Alfonso García pero no podía desaprovechar la oportunidad de conocerle en persona. Llamé a Alfonso V. y demostrando el gran equipo que formamos se puso a buscar en la guia telefónica, le escribio por facebook... hasta que me di cuenta que tenia en mi agenda la dirección de Alfonso G., el zaragozano. Así fui hasta su domicilio y tras llamar al timbre me di cuenta que no estaban en casa. Decidi esperar un rato por si aparecian. A los pocos minutos sonaba el teléfono. Era el. Estaba en el centro pero iba a venir a saludarme. Sin duda, el encuentro más agradable y esperado de todo el fin de semana. Ahí estaba frente a una de las personas que más me motiva para seguir haciendo lo que hago. Me fui de su casa con un pack de regalos increible y con una sensación de felicidad que rara vez pensé sentiría.

Así arranqué el coche y puse rumbo a Colindres. El tiempo iba cambiando segun dejaba Zaragoza a atrás hasta que llegué a Colindres tras tres horas de viaje y caía una chaparrada considerable. Allí em encontré con Alfonso V., Belen y David Abascal. Este ultimo muy nervioso porque iba a ser su primera carrera. Esta vez era el quien sentía miedo, temor y respeto. Pero ahí iba a estar yo para tranquilizarle en la medida de lo posible. Nos pusimos el dorsal, cargue mi camelbak con bebida isotónica y unas barritas de cereales y empezamos la carrera. Completamos los 10 km en apenas 54 minutos. Los 54 minutos más gratificantes de mi etapa de corredor. Disfruté muchisimo cuando vi como nos doblaban los primeros corredores con su respiración desesperada, sus caras de agonía y sus equipaciones ridículas. No estaban disfrutando, yo sí. Estaba junto a David, dándole ánimos, pasandole el tubo del camelbak y ofreciendole barritas cada dos por tres.

Al terminar tomamos algo en la cafeteria y el agotamiento se hacía patente en mi. Me despidí de Alfonso, David y Belen y me puse rumbo a casa. Por fin llegué, descargué casi todo, una ducha y el pijama. Abrazos y besos a la familia como tras cada regreso y me senté al ordenador.

Ahí estaban los chicos del facebook. Estaba muy feliz y tenía ganas de compartirlo con alguien. De alguna forma lo hice con mi madre enseñandole todo lo que traia y contandole un poco como habia vivido el fin de semana. Pude compartir mi felicidad, con Alfonso con abrazos en Colindres (no te acostumbres) con Dani tras la pantalla... y con alguno más...

Es curioso como hay gente con la que no compartí la felicidad de ayer. Tambien estaban en sus casa, delante del ordenador pero no se acordaron de mi, tal vez solo se acuerden cuando tengan ganas de salir una noche o de no pasar la tarde solos. Esta muy bien contar con personas de este tipo en nuestra vida porque nos hacen apreciar de mejor manera o simplemente ser más conscientes de la gente que se merece que compartamos con ellos nuestra felicidad.

Este fin de semana he sido FELIZ, lo he compartido con la gente que me importa, con algunos de vosotros lo estoy haciendo ahora. Con otros tal vez lo haga más adelante y otros no habrán sido capaces de enfrentarse a esta parrafada, los que lo hayais echo lo habreis conseguido. Gracias a todos de verdad.

Soy adicto a la vida, soy capaz de alejar mis limites y soy capaz de creer. Porque cuando estas lejos de tu casa, sobre una bicicleta viendo como la gente se pierde delante de ti y giras la cabeza y solo ves vacío, sabes que hay algo que te impulsa a seguir adelante. Ese algo es realmente grande y creo que pocos afortunados somos capaces de sentirlo.

Terminando con emoción. A cada una de las personas que habeis leido hasta aqui. A los que nos juntamos delante de la pantalla cada día. A los que estamos a menudo juntos. A los que nos hemos conocido este fin de semana y volveremos a coincidir. A los chicos de Jarra y Pedal por acabar con mi gran enemigo, la soledad. A los que se han acordado un segundito de mi este fin de semana y por qué no, a los que no tambien. GRACIAS POR IMPULSARME A SEGUIR.

Dedicado a Alfonso V., Alfonso G., Cristina, Dani, David, Xisco, Jokin, Ander, Carlos L., Alfredo, Joan y su cuñado, Eugenio, Rafa y a mi familia.

2 comentarios:

  1. MIKEL, ERES UN CRACK APUNTETAE PARA PEDAL DE FOC. SOY RAFA DE JARRA Y PEDAL. te escribo desde la cuenta de mi hija

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  2. Mikel!! Las gracias te las tenemos que dar nosotros por contagiarnos esa enérgia, ese positivismo y sobretodo esos "rayos" de VIDA que desprendes!!

    Una fiel Seguidora!!!! ;-)

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