domingo, 10 de abril de 2011

Nuestra Paris-Roubaix...

Hoy tocaba hacer la Castro-Castro.

Es de esas cicloturistas a las que no puedes faltar. Sobretodo previo pago de 30 euros. Es a partir de este momento cuando no puedes faltar. No es que sea una cicloturista que no te puedas perder sino una pasta que no puedes desperdiciar.

El día empezaba bien. Suena el despertador a las 6 am y digo: "5 minutitos más". La siguiente vez que miro el reloj son las 7 am. Hora en la que he quedado con Jon en Zorroza. Le aviso que me retraso y a desayunar y prepararme sin perder el tiempo.

Una vez en Castro recogemos el dorsal y un bidón de regalo. Bidón que a su vez regalo al paraje a pocos kilómetros del inicio de la prueba debido a las molestias que me genera llevarlo en el maillot.

Transcurren noventa y pico kilómetros que tiene la prueba entre ratos de lluvia, rachas de viento y un largo etcétera de inclemencias climatológicas.

A la llegada recogemos nuestro obsequio por participar y disfrutamos de las tortillas, embutidos y queso con membrillo que la organización ha puesto a nuestra disposición en el Club Ciclista Castreño.

En definitiva, una bonita mañana de bici en buena compañía.

Y por bonitos paisajes...

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