Como ya sabeis la situación laboral que atravieso en este momento es rara, no voy a decir complicada, porque no lo es.
Hace ya algun tiempo el apartado laboral pasó a un clarísimo segundo plano. Mi trabajo no me aporta nada a nivel personal ni profesional y como consecuencia de ello venian las pocas ganas al levantarse por las mañanas, las pocas ganas de desperdiciar ocho horas de mi vida cada día... Al final todos los días eran iguales. Ocho horas delante de un ordenador, esperando a que abran una incidencia que sería difícil de solucionar mientras estaba rodeado de una serie de compañeros con una facilidad terrible para hacer comentarios desafortunados sobre mi afición al deporte. En esos momentos no dudaba en regalarles el mayor de mis desprecios. De forma indefinida algunos de ellos a día de hoy conservan mi mayor indiferencia.
Bueno pues hace dos semanas resulta que me dijeron que mi labor en el departamente en el que ejercía estaba llegando a su fin y me ofrecian la posibilidad de cambiarme de departamento. De programador a técnico de sistemas. No soy persona de negarme y en primera instancia les dije que era negociable. Por un módico precio estaba dispuesto a probar una temporada. La cosa no ha sido así. Me he visto obligado a abandonar mi departamento y atender otras necesidades de la empresa teniendo que cubrir el puesto de técnico de sistemas. Esto implica la perdida de mi jornada de verano y el echo de tener que desplazarme todos los días. Esto me supone una sensación incómoda a nivel personal ya que me veo forzado a hacer algo a lo que no estaba dispuesto. Tengo que dar las gracias a David que en todo momento me ha prestado su ayuda. Siento darle mucho la tabarra pero es que estoy muy pez en estos asuntos y David controla muchísimo. Lo noté desde el primer momento en el que le comenté por encima la situación.
Esto al final ha servido para abrirme un poco más los ojos y darme cuenta de que los cambios que quiera tener en mi vida los tengo que tener ahora. Y sino serán buenas oportunindades para probar nuevas experiencias. Basta ya de trabajos que no aportan nada, de sensaciones forzadas y de conformismos estúpidos.
Creo que tengo muchisimas buenas oportunidades en la vida y ya va siendo hora de empezar a coger todas al vuelo. Porque la vida es demasiado larga como pasarla arrepintiendose de no haber hecho algo.
El deporte me da la felicidad, he conocido a muchísima gente, me he conocido a mi mismo, aún lo sigo haciendo a día de hoy y quiero que mi vida gire en torno a él. Quiero dotarme de conocimientos técnicos acerca de él, quiero seguir animando a la gente a disfrutar con él, quiero yo tambien disfrutar de él, quiero compartir mis vivencias con la gente que lo disfruta. Ha llegado la hora de los cambios. Y lo ha hecho en el mejor momento. Le pese a quien le pese, ahora sí que toca ser feliz. Y tú ? A qué esperas ? No esperes a nada, lucha por lo que quieres.
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